En una conversación con uno de los que leísteis el último contenido sobre IHR aplicado a Gestión del Cambio, se plantearon dos posibles realidades:
- Cuando se comparan programas que abordan a diferentes competencias, hay muchos puntos en común. Tanto es así, que pueden parecer reiterativos.
- El diseño de uno de estos programas debe partir de directrices que guíen su preparación y ejecución, garantizando finalidades que debieran tenerse en cuenta siempre.
En relación con la primera realidad, intentaré dar mi opinión a medida que vaya cumpliendo con mi compromiso de compartir con vosotros programas dirigidos a las competencias más utilizadas.
En cuanto a la segunda, la persona que se puso en contacto conmigo, transmitía la preocupación de que los programas que se realizan en su organización no mantienen con claridad, la alerta sobre las finalidades que debieran guiarlos.
Derivado de esta conversación, surgió un diseño que comparto a través del blog ya que puede que sea útil para otras personas y que pretende poner de manifiesto, cuatro de los principales retos de cualquier programa competencial.
Orientar esfuerzo hacia eficiencia y eficacia del programa competencial
Quizá sea interesante comprobar en los esfuerzos formativos que realizamos, si pasamos del dicho al hecho, es decir, si lo que es un titular que refleja una intencionalidad cuando se decide realizar un programa, mantiene su vigencia a lo largo de su historia o, por el contrario, nos dejamos algo por el camino.