Barquero, el otro día escribí un artículo que explica en parte  cómo nuestro yo virtual puede ayudarnos a orientar no sólo la eficacia de los compromisos de los demás, sino también la nuestra. Lo inserto aquí con tu permiso para compartirlo con todos.

Me parece una aportación interesante. Al fin y al cabo, todos nos guiamos según esos criterios que almacenamos en nuestro cerebro y que son los que de forma consciente y/o inconsciente, interpretan la situación a la que nos enfrentamos.

Siempre hablas de criterio. Le das una importancia muy destacada a esta palabra.

La tiene. El criterio es aquello que usamos para interpretar nuestro día a día en sus interacciones con nosotros mismos y con los demás.

Entonces, el criterio es una base esencial de las estrategias.

Claro. Voy a ponerte un ejemplo: ¿Has hecho alguna vez la pregunta a los directivos con los que trabajas sobre cómo motivan a sus equipos?

Suelen rehuir esa pregunta ya que lo ven teórico y al final terminan centrándose en que no pueden motivar porque no tienen facultades para premiar o castigar a sus colaboradores.

Eso significa que no son conscientes del criterio que debe usarse para ello. Eso condiciona que no sepan cómo abordar conscientemente la motivación aunque luego se sorprenden de que sí lo hacen inconscientemente.

Es decir, eso les impide idear y poner en juego estrategias de motivación.

Correcto. Además fíjate en lo siguiente, una persona motivada…

• Está implicada, es decir…
  • Ve que se juega algo importante con el resultado/objetivo que se plantea
  • Considera que el resultado/objetivo es coherente con mercado, organización,…
  • Asume que en ese resultado/objetivo, él tiene parte de responsabilidad
• Está comprometida, es decir…
  • Sabe lo que hay que hacer y cómo hay que hacerlo para lograr el resultado
  • Es consciente de en qué medida él es capaz de hacer y hacer bien esa actividad
  • Sabe que si tiene dificultades, obtendrá el apoyo que requiera
  • Anticipa los problemas con los que se puede encontrar
  • Asume las consecuencias derivadas de no hacer, por lo que admite y busca el seguimiento

¡¡Una buena manera de diseccionar la motivación!!

Y además, una fantástica manera de establecer criterio para crear tus propias estrategias.

¿Por qué?

Sencillo. Si sé que la motivación es fuente de negocio y entiendo que esos son los factores que la condicionan:

• Me preocuparé de saber cuál de ellos puede estar fallando
• Verificaré las causas que condicionen ese problema
• Orientaré mi estrategia a poner en juego acciones que me permitan corregirlo