Escribir ayuda a poner orden en el pensamiento y tranquilidad en el alma
Hace algunos años, en una sesión de comunicación que estaba impartiendo a un grupo de profesionales, justo después de invitar a uno de ellos a que sacara conclusiones de lo que había visto tras la proyección de una de sus intervenciones, surgió un comentario que fue recibido con mucho interés por parte del grupo.
El participante que acababa de verse en la pantalla dijo:
- ¡Qué raro me oigo y qué raro me veo! Ahora entiendo muchas cosas de las que me dicen quienes me rodean.
Esa respuesta hizo que el grupo planteara la necesidad de verse uno mismo para poder conocer la realidad de lo que hacía y no basarse exclusivamente en lo que uno piensa que hace.
Ese ver cómo uno hace y ver cómo uno habla, es una fuente imprescindible no sólo para conocernos sino para poder evitar riesgos y mejorar en nuestra actuación.
Pero, ¿cómo saber lo que uno piensa?, dijo otro de los asistentes a esa sesión de comunicación.
Tenemos tantos pensamientos en la cabeza al mismo tiempo en un momento dado, que es difícil discernir claramente por dónde vamos y si no discernimos eso, nos convertimos en marionetas de lo que nos viene de fuera.
Recuerdo que le pregunté si era filósofo y resultó ser economista. Pero profundizó en su idea y nos dijo que qué bueno sería que tuviéramos algún método para poder conocer qué es lo que pensamos realmente de lo que nos rodea.
Fue otro el que dio la idea:
- Escríbelo y léete a ti mismo.
Reflexiones con el Barquero 
Acabo de probarlo y francamente, me parece una función interesante.
Gracias!
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Llevar una bitácora me ha sido de mucha utilidad.
Como paso muchas horas en la compu utilizo una funcionalidad del blog de notas…
Es sencillo, lo abres y escribes: .LOG y lo guardas en el ecritorio.
Le puedes cambiar el nombre… por ejemplo REFLEXIONES…
Cada vez que lo abras para escribir un relato, te aparece el día y la hora (actualizados)… escribes y guardas… y tienes un detalle cronológico de tus ideas, experiencias, pensamientos… Espero que sirva.
Saludos
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Curiosa la experiencia que comentas. Gracias por compartirla!
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Totalmente de acuerdo, si no eres capaz de explicarlo de forma que todos lo entiendan, es que tú tampoco lo entiendes.
No me extraña que el asistente fuera economista, yo lo soy, y, le duela a quien le duela, y piensen lo que piensen, somos la más humana de las ciencias.
Recuerdo en mi época de estudiante, primero de carrera, a un grupo de chicos despistados y que venían de tres planes de estudios diferentes (recordemos que estamos e España) y además de Ciencias Puras, Letras Puras y Ciencias Mixtas.
Total que un día el profesor de Matemáticas decidió dedicar el día al “relax” y comenzó a escribir fórmulas en la pizarra, al acabar preguntó: ¿alguien sabe que es lo que acabo de hacer?”. Nadie contestó, y mucho menos los “elegidos” que veníamos de Ciencias Puras, hasta que salió una voz tímida de un compañero que venía de Letras Puras y que lo que realmente le gustaba era la Filosofía, y dijo: “Acaba de demostrar la existencia de Dios”.
“¡Correcto! Pero, ahora, ¿qué es lo que voy a hacer?” y, a continuación escribió otro grupo de fórmulas. La misma voz: “Ahora acaba de demostrar la no existencia de Dios”.
La cierto es que, creyentes y no creyentes, nadie encontraba el razonamiento por ninguna parte.
El profesor volvió a intervenir: “Bueno el que, a lo largo del Curso, me diga donde están los errores de conceptuales, falacias y razonamientos matemáticos erróneos, tiene aprobada la signatura”.
Todo aprobamos por otra vía más sencilla.
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Sí, gracias a Dios, también me ocurre. Si no fuera así, me preocuparía. Un abrazo Jesús.
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Querido amigo, yo hace tiempo que sigo este proceso, como haces tu aquí volcando estas reflexiones.
Ya sabes: si no eres capaz de escribirlo es que no lo sabes. O como dicen los arquitectos, si no eres capaz de croquizarlo es que no lo entiendes. Dos procesos parecidos por cierto.
Es muy curioso cuando uno se relee con el tiempo. Parece como que es OTRO el que ha escrito eso… ¿te pasa lo mismo?
Un saludo
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