«Los árboles no dejan ver el bosque».
Lo normal en cualquier profesional es que esté concentrado en la infinidad de exigencias que tiene su día a día y que cambian de un momento a otro, se persiguen entre sí, son escurridizas… Tanta atención reclaman de él, que no busca un espacio de reflexión que le permita elevarse por encima del bosque o si decide buscarlo, lo utiliza en lo mismo que hace todos los días, concentrarse en la infinidad de exigencias.
Hubo un cliente que me dijo que una de las mayores aportaciones que podíamos dar los consultores era la de ayudar a reinterpretar el escenario profesional en el que ellos se mueven. Como si ayudáramos a elevarlos por encima del bosque.
Creo tenía mucha razón; pero no debemos caer en la trampa que esa frase encierra. Por supuesto que el valor está en esa reflexión que ayuda a reinterpretar; pero esa reflexión debe estar guiada por un criterio que sea operativo, es decir, que pueda incluso utilizarse desde dentro del bosque una vez se haya compartido con ellos.
A eso nosotros lo llamamos «tatami», una de las diferentes herramientas que hacen de la Caja Negra un modelo operativo y aplicable.
Dejo aquí un link a una comunicación en la que abordábamos este tema.

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