Cuando intentamos explicar este concepto, los mejores resultados los conseguimos en el momento en que lo anclamos a la realidad profesional.
Hay personas que se quedan en el «hay que motivar a las personas» y caen en el error, muy frecuente, de confundir la parte con el todo.
Me refiero a que el error consiste en pensar que la motivación viene fundamentalmente de la situación salarial y del constante reconocimiento laboral.
Con mucha frecuencia encuentro a personas que piensan eso y ¡es una lástima!, porque la motivación real no se consigue con un salario o con el simple reconocimiento. Evidentemente son elementos que influyen, pero si nos limitamos a ello…
Al fin y al cabo, hablando con términos sencillos, el motivado es el que decide ir en una dirección determinada y está dispuesto a recorrer el camino que le lleve hasta su meta, es decir, está implicado y comprometido.
No nos olvidemos de aquél cuya motivación está precisamente en vivir el camino que está recorriendo, que haberlos haylos y muchos más de lo que puede parecer a simple vista.
Os dejo un link a una publicación en la que profundizamos algo en estos términos.
La Caja Negra nº 4: EL MOTOR DE LA CONTRIBUCIÓN, LA MOTIVACIÓN

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