Cuando tenemos responsabilidad sobre determinado resultado y éste es complejo de lograr, tendemos a buscar los motivos fuera de nosotros y encontramos evidencias, claras y reales, que nos ayudan a interpretar que la causa de esa dificultad está en algo que no nos ha aportado la compañía. Y seguramente tenemos razón en afirmar que nos falta ese recurso o ese medio; pero con gran probabilidad, no sea la única razón e incluso, lo más frecuente es que no sea la más importante.
Recuerdo un caso en el que un director de una unidad de negocio reclamó a su director general determinados medios para conseguir aumentar los resultados de su zona. El director general le dijo: «Consiga primero ese aumento de resultado y yo le aseguro que le concederé los medios que me acaba de pedir«. En esa organización, la palabra de un director general era ley, y el responsable de la unidad de negocio no tuvo más remedio que conseguir el aumento de resultados para que le concedieran los medios que él consideraba que necesitaba para lograr ese aumento. ¡Fantástico, ¿no?!
No te sorprenda. Todos podemos conseguir mucho más con lo que tenemos. Lo que ocurre es que en ocasiones, como en el caso anterior, necesitamos un «empujón motivacional» que nos ayude a optimizar y/o incrementar nuestros esfuerzos.
¿Qué hizo el director de la unidad de negocio al conseguir los resultados?
Se lo notificó a su director general y le dijo que ya no necesitaba los medios que había solicitado.
Ese profesional creó sin pretenderlo, una gran oportunidad de aprendizaje. Seguro que su liderazgo se incrementó después de eso.
Os dejo el link a una comunicación en la que abordamos este tema a través de la Caja Negra.

Deja un comentario