Se fue mi Maestro (Jaime Ros Felip, 2015)
Busca en tu recuerdo y encontrarás imágenes que no son tuyas sino regalos de otros con los que has construido en buena medida, los cimientos de lo que ahora eres. Son regalos desinteresados, inapreciables, permanentes, fuertes, altruistas, inolvidables,… Son palabras, consejos, ayudas, referencias que te llegan sin saber porqué. Tú no lo has pedido y, sin embargo, cuando lo recibes se convierte en algo que termina siendo parte de tu propia identidad.
Rafa fue mi Maestro. Lo fue cuando tuve la suerte de coincidir con él sin saber que existía y sin sentir la necesidad de conocerle. Fue un encuentro fortuito. Nació de la casualidad y la casualidad se convirtió en una transformación. En ese encuentro fortuito lo percibí diferente, como cuando nos damos cuenta de que estamos delante de alguien que tiene ese don, ese «duende», que te está llamando la atención por algo que no sabes bien de dónde viene ni siquiera hacia dónde va.
Ahora, él se ha ido y, es curioso, lo siento mucho más cercano que antes. En todos estos años, su recuerdo me ha acompañado quizá no todos los días, pero sí cada semana, hablándome desde mis pensamientos y recordándome aquello que tiempo atrás me dijo para ayudarme a resolver ese problema que, porque yo lo compartía con él o porque él tenía ese don para intuirlo, se convertía en su problema. Eso hacen los maestros, ¿no?, comparten tu situación como si fueran ellos los que deben superarla y abren sus ideas, sus criterios y experiencia poniendo todo a tu servicio son ese desinterés y cariño que saben nutrir de una sabia exigencia que evita que te quedes atrás.
Si me siento bien ahora que Rafa se ha ido, se debe a la clara presencia de su papel de Maestro en mis pensamientos y, sobre todo, a que en estos últimos años, en los que nuestro contacto se limitaba a contadas ocasiones, fui capaz de compartir con él lo que él me regaló.
Gracias Rafa por cruzarte hace ya tanto tiempo en mi camino y por crear parte de lo que hoy soy capaz de hacer. Ojalá alguien pueda decir y sentir algún día lo mismo de mí.

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