Implantar un modelo comercial

Una organización es un sinfín de dimes y diretes en la que poner orden y método se convierte en uno de los quebraderos de cabeza más frecuentes de quienes trabajan en ella.

Las personas nos aferramos antes al caos conocido que al orden desconocido que vemos imposible, conflictivo y, esencialmente, criticable.


En un webminar invitaba a los participantes a hacerse preguntas como las siguientes:

  • Seguro que vuestras organizaciones tienen procesos que intentan ordenar la actividad comercial, pero ¿es eficiente lo que se hace?, es decir, el desempeño del esfuerzo profesional dirigido a ventas, ¿es el que debiera ser?
  • Está claro que tendréis definidos objetivos de volumen, margen, cuotas de mercado, número de clientes, captaciones, crecimiento en producto, etc., pero ¿el modelo comercial que tenéis apunta claramente a los diferentes objetivos de negocio que se van marcando a lo largo del ejercicio?
  • Entiendo que tendréis sistemas de información que intenten controlar datos sobre vuestra actuación comercial, pero ¿se obtiene una clara visión del desempeño de los profesionales y de los equipos?, ¿queda claramente ligado este desempeño a la contribución?, ¿incorporan información veraz sobre perfiles en cuanto a capacidades reales?, ¿permiten capitalizar el conocimiento y la experiencia comercial para identificar dianas de riesgo o de oportunidad sobre las que intervenir?

Al ser un webminar tuve la posibilidad de recoger un feedbak visual e interactivo claro y fui consciente de que alguno de ellos pensó aquello de «éste nos está leyendo la carta a sus majestades los RRMM«.

¡Qué fácil es tachar de imposible aquello que no hacemos! Así se lo dije y se inició un debate rico en opiniones que sirvieron para poner de manifiesto una realidad:

Hay imposibles que se convierten en posibles cuando nos quitamos esa venda de los ojos que la realidad mal interpretada se obstina en ponernos.

Tags:

Deja un comentario