A ver si tengo suerte (La columna de hoy 13-11-2015)

Tengo una reunión en la que espero que todo vaya bien.

ViernesEsta frase, pronunciada por un profesional en una sesión de trabajo, suscitó una discusión en el grupo que comparto con vosotros, no por la idea en sí que se discutía, sino por cómo la argumentó uno de los que participaban en esa sesión.

  • Sí, mañana tengo una reunión importante en la que hay temas en juego que me interesa mover. Espero que las cosas se me den bien y que tenga suerte.

Trabajábamos con un modelo de gestión de sinergia interdepartamental, con el que analizábamos situaciones de interacción que proponían los propios asistentes a la sesión. Quien pronunció esta frase (le llamaré Antonio a partir de ahora), mostraba cierta preocupación por la reunión que debía mantener al día siguiente.

  • Como te limites a esperar, lo más probable es que la suerte no esté de tu lado. – Respondió otro de los asistentes, al que llamaré Juan.
  • Poco más puedo hacer – se defendió Antonio -, iré, escucharé y según me digan, actuaré sobre la marcha.
  • ¡¡A ti te encanta jugar a la lotería!! – Exclamó divertido, Juan.

Y ahí empezó la discusión.

loteriaJuan empezó a hablar de la lotería. Decía que si compras un boleto, la probabilidad de conseguir el premio es muy bajo.

  • Es muy poco probable que tengas suerte y te toque la lotería. De hecho, la probabilidad de que te toque, es la misma que la probabilidad de que no salga ninguno de los otros números que no has comprado.

Al decir esto, le pregunté a Juan qué intentaba decirnos.

  • Si llamamos «suerte» a que salga tu número, esa «suerte» implica que no salga ninguno de los otros números que hay en el bombo, ¿no? Es decir, tu «suerte» está en la probabilidad de que salga tu número y tu «mala suerte«, en que salga cualquiera de los números que no has comprado.
  • ¿Y?
  • Cuantos más números compres, más probabilidad tienes de que te toque, tu «suerte» tiene más posibilidades de aparecer. O lo que es lo mismo, tu «mala suerte» tendrá menos posibilidades.
  • Supongo que con esto – comentó Antonio – estás diciendo que puedes condicionar la probabilidad que tienes de ganar y de perder en función del número de boletos que compres, ¿no?
  • ¡Claro! Por supuesto que puede que no te toque al final, pero habrás hecho algo para mejorar tus posibilidades. También es cierto que cuantos más boletos compres, más te gastas, lo cual te invitará a poner un límite en el dinero que vayas a gastarte.
  • Y, ¿qué tiene que ver esto con mi reunión de mañana?

Juan le invitó a pensar que la reunión era como una lotería y qué él ya había «comprado» varios boletos para que las cosas salieran bien: La había convocado, tenía claro qué quería obtener de ella, tenía experiencia en reuniones,… Le comentó que al disponer de esos «boletos«, su probabilidad de «ganar» era, evidentemente, mayor que si no los tuviera. Pero que había otros «boletos» que quizá pudiera comprar con su esfuerzo antes de la reunión para conseguir tener aún más posibilidad de alcanzar su objetivo.

  • ¿A qué otros «boletos» te refieres? – Preguntó Antonio.
  • Llevamos trabajando sobre ellos a lo largo de esta sesión – respondió Juan -. Todos tienen que ver con hacerte con un análisis adecuado de la situación que mañana vas a manejar, con objeto de anticipar qué puedes encontrarte y qué tipo de estrategia y técnicas debieras tener preparadas por si acaso.

Juan hizo referencia a diferentes «boletos«:

  • acuerdo¿En qué medida es importante lo que pretendes? Si tienes esto en mente, te permitirá anticipar lo que puedes estar dispuesto a ceder para conseguir tu objetivo.
  • ¿Necesitas llegar a un objetivo único o puedes salir airoso con un resultado algo menor? Esto te ayuda a tener en mente una «horquilla» sobre la que trabajar y evitar condicionar un bloqueo en la reunión.
  • Si no llegáis a lo que te interesa, ¿pueden haber consecuencias negativas para las personas con las que te vas a reunir? Saber esto es esencial, porque si existen esas consecuencias y ellos son conscientes de ellas, tu situación será más favorable. Si existen pero ellos no son conscientes, dispones de un arma que podrás utilizar en caso de que sea oportuno.
  • ¿Eres consciente de lo que les generaría aceptar lo que pretendes? ¡Qué importante es ir a una reunión con esta reflexión hecha! Si tienes claros los beneficios y las barreras que pueden surgir, puedes prepararte para gestionarlo. Si no lo sabes, no te quedará más remedio que investigarlo durante la reunión.

Recuerdo que en ese momento, Antonio revisó las anotaciones que había tomado durante la sesión y empezó a anotar en una hoja las ideas que le iba lanzando Juan.

El caso de Antonio fue el primero que trabajamos con el grupo. Analizamos la reunión según sus variables e indicadores, valoramos el nivel de conocimiento que tenía de la situación, la estrategia que parecía más oportuna, las técnicas que podían ayudarle a movilizar esa estrategia,… Al terminar, comentó:

  • No creo que pueda hacer esto con todas las reuniones que tengo a diario, pero la de mañana ya la tengo preparada.
  • ¿Crees que te va a servir de algo lo que hemos hecho?
  • Por supuesto, ahora veo cosas que antes no veía y que podían convertirse en problemas al no haberlo preparado.
  • ¡¡Los boletos que no habías comprado!! – Exclamó Juan.

La suerte y la mala suerte tienen un componente de azar que no podemos controlar, pero según actuemos, podemos aumentar o disminuir su probabilidad. Como dicen por ahí:

«El tren de la oportunidad puede que pase o no pase, es posible que no esté en tu mano provocarlo, pero el estar preparado para subir en él, depende en buena medida de ti.»

3 comentarios en “A ver si tengo suerte (La columna de hoy 13-11-2015)

  1. Antonio Molina Arlandez

    La «suerte», es tener la posibilidad y despues la determinación de hacer; no importa el qué, según cada uno tenga su necesidad o responsabilidad.
    Cuanto más determinación, más posibilidad de hacer(tener suerte). Logicamente si actuo o hago algo, tambien tengo muchas probabilidades de que me equivoque (no tendre suerte). Todo ello dentro de un contexto que profesionalmente tenga cada uno.
    En otros casos tendremos la obligación de hacer, porque la necesidad de la acción no podra aplazarse y como responsables tenemos que tener la determinación de actuar, que sera más positiva que no hacer nada; por lo tanto diremos » la suerte esta hechada». Cordialmente

    Me gusta

  2. Pingback: Reflexiones derivadas de la experiencia | Reflexiones con el Barquero

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s