Te cruzas con personas que durante tiempo te trasladan una firme convicción por hacer de los principios y valores una forma de vida y lo hacen así mientras algo de ellos depende de ti. Pero cuando esto último ya no existe, muestran su otra cara, la real.
EL HAZ Y EL ENVÉS (Jaime Ros Felip, 2015)
Siempre mostraba el mismo lado, como lo hace la luna, como lo hacen las hojas ante el sol. Enseñaba aquello que conseguía trasladar a los demás una imagen valiosa de sí mismo y era tan bueno haciéndolo, que hasta los más cercanos, terminaban pensando que era así, tal cual se mostraba, y creaba lazos de confianza en los que los demás creían y a través de los que él conseguía lo que quería.
- Cuando ves a alguien que juega sucio, no lo dudes, volverá a hacerlo. – Era una de sus frases y la pronunciaba con la mayor de las convicciones.
Era capaz de contar anécdotas en las que ponía de relieve su buen hacer, su entereza, convirtiendo a los otros en reprochables y en fuente de reafirmación de su propia imagen.
Quien le escuchaba sucumbía a su forma de hablar y a su forma de actuar.
- Él es de esas personas en las que se puede confiar con los ojos cerrados.
Pero cuando aquello que él necesitaba dejaba de depender de otros, el viento de las circunstancias daba la vuelta a la hoja y mostraba un envés descarnado, frío y cruel que era capaz de cambiar de golpe, sin un instante de dudas, la imagen que había construido durante tiempo.
Y así, poco a poco, se fueron sumando unos a otros, todos los que llegaron a conocer tanto su haz como su envés. Y ellos se armaron de vientos que ayudaran a reconocer en él lo que ocultaba tras ese brillante lado que, con tanta maestría, era capaz de trasladar.
Porque todos ellos sabían que quien muestra su haz para ocultar su envés, tarde o temprano, te traicionará.
Buenas tardes Juan, comentario que no es extraño que en algún momento alguien de nosotros encontráramos en nuestro caminar personal y profesional a personas que solo muestran su lado amable por conveniencia, y cuando se presentan situaciones donde deben mostrar esa parte amable sale su doctor Merengue ( no se si alguien leyó esos chistes del periódico el imparcial) aclaro es un personaje que mantiene una linea ante lo que le dicen y por detrás sale el doctor su misma figura pero transformada con los pensamientos que verdaderamente sentía o creía. Esto definitivamente hace perder la confianza y credibilidad de quienes creemos conocer.
Gracias por compartir saludos
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Gracias Juan. Lo triste (o quizás, la suerte, según se mire) es que para algunos de nosotros, la desconfianza no debiera ser nunca la primera opción, aunque reconozco que en muchas ocasiones, nos lo ponen muy difícil.
Un abrazo
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Hola Jaime
Brillante este texto… porque capta y describe una circunstancia que se revela en las relaciones humanas y laborales en particular. Por mi experiencia, es una constante que se repite siempre… las dos caras… la que conviene mostrar y la verdadera que aparece cuando el vínculo se debilitó. Lamentable y duro… para quienes todavía confiamos… finalmente hay que aprender a des-confiar.
Te mando un fuerte abrazo.
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