¿Te has parado a pensar alguna vez que las cosas son más sencillas de lo que realmente vivimos?
En muchas ocasiones, Barquero. No siempre es así, pero la frecuencia con la que tanto a mi como a personas conocidas nos surge ese comentario, demuestra que es una realidad cotidiana en nuestro día a día.
Y, ¿has pensado cuál o cuáles pueden ser las causas?
Sí. Por mi trabajo no me queda otra, hasta a veces llego a pensar que esa realidad es una fuente de solicitudes de colaboración por parte de clientes. Cuando echo la vista atrás, veo que gran parte del valor que damos está en poner orden y método en las cosas que hacen las empresas que piden nuestra ayuda.
Si añades tres conceptos más, tendrás las principales causas de este `complicarse la existencia´
¿Cuáles?
Las comparto contigo y con quien lea esta entrada del blog por si puede servir de referencia:
- Orden: cuando nos enfrentamos a una situación profesional solemos hacerlo sin pararnos previamente a reflexionar y pensando que iremos resolviendo en la medida que nos vayan ocurriendo cosas. Si somos capaces de anticipar qué hay y qué nos vamos a encontrar, con quién deberemos interactuar y cuál será su papel y reacción, qué pretendemos conseguir y qué pretenderán conseguir otros, pondremos orden en nuestra forma de abordar nuestra actuación y podremos reaccionar con mayor eficacia.
- Método: no es recomendable dejarlo todo a la improvisación a pesar de que la experiencia nos haya aportado muchos «resortes y palancas» que ponemos en juego cada vez que actuamos. Si de la misma forma que anticipamos las claves que permitan ordenar la información con la que nos encontraremos, pensamos en la relación que tendrá cada bloque de información con el resto, estaremos en disposición de crear un método de trabajo que optimizará nuestro esfuerzo.
- Criterio: es la consecuencia de todo lo anterior cuando lo vinculamos a las finalidades que perseguimos. Disponemos de criterio en el momento en que somos capaces de interpretar con acierto lo que vamos a encontrarnos. Es el momento en que estamos preparados para dar el siguiente salto.
- Conocimiento: es la consecuencia del criterio aplicado a la actuación profesional. Transformamos información en conocimiento, es decir, conseguimos que se convierta en un recurso de valor, con capacidad de ser utilizado para movilizar nuestro escenario hacia lo que pretendemos y evitarnos riesgos que caerían sobre nosotros sin darnos cuenta en caso de no disponer de ese criterio.
- Plazo: es habitual y sobretodo hoy en día, que lo que impere en la actividad profesional sea el cortoplacismo. Este provoca urgencia y la urgencia mal gestionada lleva a un abandono de criterios, métodos y orden. Nos convertimos en `apagafuegos´ y todos sabemos que un apagafuegos nunca tendrá la oportunidad de salirse del bosque para entender qué es lo que ocurre. Debemos marcarnos plazo y ser conscientes de que tanto el medio como el largo plazo se resuelve en el inmediato plazo si somos capaces de ver más allá del hoy.
Interesante descripción, Barquero. Os dejo aquí un link a una comunicación que acabamos de publicar y que profundiza en algunos de estos aspectos.