No creo que se hayan perdido los valores como mucha gente afirma, Barquero
¿Por qué lo dices?
Porque pienso que los valores siguen ahí. Al fin y al cabo son beneficios que buscamos las personas. Intento explicarlo en un corto artículo que escribí no hace mucho y que pongo en este blog, con tu permiso, claro.
Estoy de acuerdo con lo que dices en él, aunque matizaría algunas cosas.
¿Como qué?
Es cierto que el problema nace de una falta de alineación con los principios. Es algo que quien es aficionado a la historia, lo sabe. Las sociedades que han pasado por largos periodos de bonanza, han perdido la necesidad de mantener a los principios como ejes que controlen y guíen. Cuando hay dificultad, se necesita algo que nos ayude a todos a salir de ella, cuando no la hay, como no sentimos riesgo, podemos «olvidarnos» de ese control y guía por lo que tendemos a centrarnos en lo inmediato. El medio y largo plazo no nos preocupa, no hay dificultades, así que «a vivir que son dos días». Es una expresión muy vuestra, ¿no?
Sí lo es. Pero lo que comentas ya lo digo en el artículo. ¿Cuál es el matiz al que te refieres?
Que sí hay unos valores que se pierden o, mejor dicho, que dejan de protagonizar los intereses de las personas. Me refiero a aquellos valores que hablan de beneficios a largo plazo y de los que hacen referencia al beneficio derivado de que los demás cuenten con nosotros.
Estas hablando de los valores internos y de los trascendentes.
Claro. Los primeros requieren esfuerzo y tenacidad para lograr el beneficio del crecimiento personal. Tanto es así, que ambos temas, esfuerzo y tenacidad, se convierten en valores en sí mismos. En el momento en que los principios se «olvidan como referencia», estos valores pierden importancia porque no sentimos riesgos como ocurre en situaciones de crisis. Los otros, los trascendentes, también tienden a reducirse porque en entornos de bonanza, la sociedad no percibe el drama de la necesidad del prójimo, no se teme la pérdida de la relación, ni otros muchos valores trascendentes.
Por eso se busca la inmediatez y el cortoplacismo.
Por supuesto. Las épocas de bonanza tienen el riesgo de consolidar esta situación en la sociedad, lo cual la desnuda de armas para enfrentarse a los nuevos ciclos que seguro, han de venir.