Hay quien se justifica para no hacer

Por lo visto, Barquero, has decidido salir de tu libro y crear un blog y sospecho que el tablero que nos regalas en esta entrada tiene que ver con ello. Vas a ayudarnos a analizar situaciones.

En la medida que tú quieras o que quien siga este blog precise, intentaré dar aquello que esté a mi alcance. Me pedisteis que viniera y aquí me tienes. El tablero no es sino un reflejo de lo que ocurre: muchas piezas, gobernadas por diferentes jugadores que condicionan situaciones.

Tuve una reunión con alguien que dijo: «En estos tiempos hay que ser cauto y no aventurarse a mover piezas que puedan llevarnos a situaciones incómodas. Es mejor la prudencia de la no acción que la insensatez de la actuación«. Esta respuesta, ¿encierra sensatez, cobardía, prudencia, ceguera,…? Él afirmaba que no había que jugar cuando las circunstancias son tan complejas como ahora.

Mientras el tablero tenga fichas, la partida continúa. Deberías haberle preguntado si sólo juega él en la partida o hay otros, si los movimientos de éstos pueden beneficiarle o perjudicarle, si tiene responsabilidad sobre lo que ocurre en el tablero.

Me temo que no podría responder «no» a ninguna de esas tres preguntas.

Entonces debe dar la vuelta a su frase y cambiarla por: «Es mejor la prudencia de la actuación que la insensatez de la no acción«.

¿Es siempre prudente actuar? Parece que la prudencia está ligada a «evitar hacer por si acaso, ¿no?»

La prudencia no es cobardía. Requiere de responsabilidad por lo que uno debe hacer y de presencia por lo que uno hace en realidad. El imprudente hace cuando no debe y no hace cuando debe. 

Hay profesionales que no asumen su responsabilidad ni mueven ficha cuando debieran hacerlo. Pienso que gran parte del daño que vivimos deriva de los que justificándose en los muchos problemas que existen, se creen en el derecho de dejar de hacer o de intervenir cómo o donde no debieran.

Así, es. Cuando lo necesites, sigue preguntando.

11 comentarios en “Hay quien se justifica para no hacer

  1. Es curioso cómo se confunde prudencia con inacción y cobardía. Es todo lo contrario. El prudente tiene criterio para saber cuándo actuar y cuándo no hacer, en el momento que sabe qué hacer, actúa a pesar del riesgo.

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  2. Kike Iniesta

    No actuar por miedo a fallar. Cuando el mayor fallo es quedarse quieto.
    No actuar por miedo a destacar. Cuando lo que más debemos temer es ser uno más.
    No actuar por ver si llega el Deus ex Machina. Cuando nadie más que nosotros podemos hacer algo.
    No actuar por no molestar a quien debería hacerlo. Cuando lo más urgente es mover algunas conciencias adormecidas.

    La prudencia de la acción. ¡Qué poderoso concepto!
    ¡Gracias, Barquero!

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  3. Son infinidad de factores los que pueden condicionarlo. El que a mi juicio es más frecuente y probablemente más perjudicial, es la falta de criterio entendiéndolo como la capacidad que tenemos de interpretar adecuadamente el escenario profesional en el que nos movemos. Aquél que no tiene criterio, interpreta mal y de ahí vienen justificaciones equívocas, esfuerzos incoherentes, falta de acción cuando es necesaria, etc.

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  4. Gerardo

    ¿Qué es lo que hace que alguien sea imprudente? Si dices que puede caer en ello tanto actuando como no haciendo nada, me resulta difícil identificarlos

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  5. Sospecho que hablas de la forma de hacer de los que tienen la responsabilidad de la docencia. Creo que en este ámbito hay mucho «confundido» y que se dedica a jugar en aquellos tableros a los que no ha sido invitado, dejando de lado su responsabilidad. ¿no?

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  6. mrsj

    «Pienso que gran parte del daño que vivimos deriva de los que justificándose en los muchos problemas que existen, se creen en el derecho de dejar de hacer o de intervenir cómo o donde no debieran…»
    Tanto mover y no mover, como hacer trampa y comer fichas.

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  7. Javier

    Esa línea de «no acción» corresponde más a un espíritu de funcionario que a un empresario, o incluso a un trabajador, al menos a un buen profesional. La inacción no mueve, no ayuda a un progreso, ni siquiera afianza una situación.

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